no podría comenzar ni desistir (digamos que es el tiempo)
pero algunas veces las ramas están bajas y entonces
el árbol
pareciese descolgarse un poco de su altura
(podría comenzar tal vez
ahora)
luego el parque y las gotitas de agua tan dispersas
(algunas brillan en tu hombro)
giros y más giros saciando el césped
como si la naturaleza jamás se estuviera quieta
como si sucediera en el agua algún espejo
o aprendiese a reflejarte
sin precisar de la luz o la palabra
un murmullo descalzo y tímido
alguien recorriendo el pasto suave y húmedo
detrás de la casa y entre las espinas
¿por qué no logro traspasar las viejas cotas?
alguna vez la emprenderé con los finales pero ahora
es tan
temprano
como si el tiempo me contara del mañana
y yo lo escuchara
sin creerle
los poemas son velitas de cumpleaños
curiosos y extremadamente breves
también arden
y se apagan
y las figuritas a su alrededor representan las personas
tal vez
los hechos
y luego es después jamás ahora
imagino a la locura sumergida entre tus senos
allí suele esperarme
la fiebre del mordisco el arrebato
tu cara entre mis manos yo mirándote
mientras un leve vapor rezuma de las cosas
no podría comenzar
ni desistir
los comienzos son destinos concluyentes
desistir es negarse a ser sintiendo
y todo asomo de tristeza no deja de ser una pose
una forma de elevarse o de caer
buscando el ánimo
(ahora te acercas y me escuchas
poniendo tus dedos sobre el piso)
gotitas de agua sobre el pasto
tu agua brilla en mil espejos
aprendo a mirarte
sabiendo que uno es mil mientras camina
donde las enredaderas se entrecruzan
detrás de la casa
en las persianas
interrumpiendo la luz mientras lo hace
lunes, 7 de enero de 2008
aspersores
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1 comentario:
Es infinita la palabra que pronuncias entonces no caben los comienzos, ni los finales. Cuando se es, cuando se estás, ni el nacimiento, ni la muerte, debes pronunciar poeta...
Como siempre las palabras acarician el cuerpo, el alma, la mirada...Excelente.
Un saludo :)
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