martes, 24 de marzo de 2009
vulgarmente insisto
1.
dices
“ya es de día”
como si estuviésemos esperándolo
pero ni vos ni yo
esperábamos
el día
lo demuestran mis manos
agarrando tu cadera y apretándote
contra mi sexo
procurando prolongar
en lo posible
la desnuda y frutal caricia que has sido
en esta noche
2.
sí
lo sé
palabras que no suelo decir
porque no digo
usaré verga cuando tenga un velero
sabiendo que jamás tendré
un velero
y que no siempre las vergas son las mismas
3.
jamás me has preguntado que coño es el amor
te agradezco eso
difícil sería descubrir que jamás hemos estado
enamorados
o que todo es una ilusión
o que ambos miramos en la misma dirección
sin encontrarnos
o todas esas otras boludeces que se han dicho
a mi me gusta esto
desnudarte
verte
fotografiarte hacia la honda memoria de mi ansia
saber que no he sido el primero ni el segundo
pero sí
el último
si mueres antes
4.
y este vaso y esta hora
y el frío que aún guardo del invierno
para soltarlo ciertos días de verano
respiras
me gusta verte desnuda y respirando
perseguir el variable contorno de tu pecho
sentir que la bestia vibra y se despierta
supongo que ahora es el infierno
gemidos
rasguños
bocas que se besan y se muerden
sonidos de huesos
repicando
contorsiones absurdas
peligrosas
tengo hambre
ahora
algo de frío
tal vez
en los zapatos
y la heladera que arranca y me sorprende
y el frío tacto del metal sobre mi mano
y el trozo de queso sonriendo bajo el filo
bebo un trago de vino
mientras observo
trocitos de nosotros en la alfombra
5.
lo ordinario tiene su alegría
aún cuando sea lo único que existe
aún cuando otra permanencia te acontezca
lo ordinario también tiene su alegría
supongo que es por eso que sonríes
supongo que por eso te divierto
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario