1.
he bebido el último trago antes del camino
y después un viejo dolor que me acompaña
cuando hasta el sol me parece solo un sueño
(si al menos vos bailaras
en el arcén de todas las calles de este mundo
podría creer que aún persisto)
2.
no existen canciones que puedan decirte
cada una de las obsesiones que me ocupan
sin embargo
te diré que la línea negra de tus medias
llevan a eso
(¿recordás la forma de mi mano en tu espalda?
existen maneras de decir ternura
que no necesitan de bocas ni caricias)
3.
enciendo un cigarrillo
me detengo
un trago de vino unas monedas
una canción quizás y por la música
un sencillo camino entre los árboles
¿me recordás?
soy aquel al que decías “venme
hazte en mí como el sol hace los días”
y como aquel he venido a contemplarte
a saber de tu sol y tus mañanas
como si todo lo que cuento tuviese algún sentido
4.
¿cuántos ya? entre uno y tres entre dos y cuatro
entre el camino que estoy siguiendo y tu silencio
y tu inveterada costumbre de detenerte
sobre el coloquio final que jamás llega
¿no te das cuenta que todos son ninguno?
solo un día
solo un minuto
o solo un año
alguien se sentará en los cordones de tu cama
y te preguntará por ese nombre que no eres
5.
no hablo de mí
yo no imagino
(soñar no es imaginar sino adelantar lo que se quiere)
hablo de vos y del sin fin de horas de silencio
de saber que fingir es el estilo de las musas
y que fingir es también lo que prefieres
¿me pensás? he llegado a los finales de todos los caminos
y en cada uno de ellos he encontrado una tristeza
que no es la tuya
pero sirve
para decir lo que dirás cuando no puedas
seguir esperándome y te entregues
seguir esperándote y te venzas
sobre otra espalda otra luz otra ventana
en la cual todos los vuelos sean ninguno
en la cual toda la ciudad sea cualquiera
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