1.
como si la soledad pudiera pintarse sobre las fachadas
(el calor)
junto a un cansancio amargo golpeteando las sienes
el analgésico masticado y mis manos sobre tu muslo
mientras el viaje se prolonga demasiado
(vos solés preguntarme del infierno
sabés que he visto algunas pesadillas
pero ninguna tan parecida a él como este gesto)
2.
cada vez que un motel
la puerta deslucida al látex/la cama vieja
vos dejando la maleta en una silla
quitándote el vestido para que no se arrugue
quitándome la ropa para que siga en el camino
luego tu boca bajando hasta mi sexo
con mi mano en tus cabellos y esa angustia
honda
tan luctuosamente clavada en mi pecho y mis bolsillos
3.
la verdad es esa mentira que aún suponemos cierta
(¿no he dicho alguna vez esto en otro sitio?)
no se desea
creo
mentir como una forma de ganar algo
no hay forma de ganar algo en este juego
este acontecimiento
este viaje de caracol por el mercado
o la desesperación muda del anciano que
en el parque
desgrana las últimas migajas de sí mismo a los relojes
todos concurrimos a adorar los mismos dioses
viajamos en los mismos trenes
en los mismos aviones de juguete
caemos en la misma humilde tierra
con el mismo aciago gesto de temor
(¿por qué a nosotros dios mío?
¿qué hemos hecho fuera de ser esta humanidad
inclaudicable
exigente
capaz de devorar aún tres mundos?)
por eso me gusta verte en el espejo
allí te retrocedo junto a mí como supuse
allí sos tan de verdad como cualquiera
4.
vos caminás a mi lado
desandás las mismas huellas/mirás los mismos edificios
te deslumbrás con esas luces tan idénticas
casi huellas de la ciudad
casi personas
no me gusta la tristeza pero es cierta
más perdurable que la alegría en su silencio o su sollozo
en sus poemas
en su forma de avanzar lo impostergable
pero tal vez supongas lo contrario y esa es tu verdad
tu temor
tu rotundo ahogo/tu terreno
imposible de disimular con ese cigarrillo que de vez en vez
brilla en tu boca como una amenaza de futuro
aún así
si te apoyase en la pared y mis dedos explorasen tu contorno
si mi mano buscase tu escote
tus pezones
para endurecerlos con el apenas roce de las yemas
me dejarías estar solo y por esa sonrisa del instinto
la efímera alegría que algunos suponen otra muerte
5.
no
no me gustan las paredes desconchadas ni los grifos goteantes
ni las cortinas de plástico verde en el baño
ni los espejos con el nitrato desgajado
como una mancha de rorschach preguntando ¿todavía?
sin determinar como queremos responderle
quizás cortando los eslabones al principio
nomás
de la escalera
también me desagradan los insectos que supongo escondidos
en el húmedo deshacerse de los muros
pero esas son mis cosas
no necesariamente las tuyas o de otro
solo mías
mis pequeñas fobias recurrentes
aunque deberías recordar que me interesa que las sepas
para evitarme momentos en los cuales
el cansancio se exprese como ira
vos
allí
desnuda sobre el cubrecama
acariciándote
mirando sin ver a las paredes
parecés aún invulnerable
pero yo me doy cuenta y tengo miedo
jueves, 30 de agosto de 2007
trip
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