sábado, 18 de julio de 2009

en este día

Imagen: Gala Gankina


1.
te podría enumerar todas las formas de la muerte
y no por haber vivido
demasiado
pero uno sueña/imagina
también teme
o camina por el borde de las cosas
presintiendo la caída inexorable
pero
sin dolor
seguramente

2.
y aunque a veces los trenes descarrilen
sin llegar a saber lo que es la vía
puedo todavía imaginar una guitarra
cuando pulso tu piel
aquí desnuda
y podría hablar de la tristeza
o simplemente contarte cada lágrima
pero prefiero detenerme en el aplauso
inclinado y esperando
no se detenga
pero prefiero deslizarme por tu espalda
hasta hundirme en tu nuca generosa

3.
siempre existirán ciudades nuevas
allí donde jamás hubo ninguna
siempre existirán caminos
caminantes
personas con palabra/personas mudas
ojos que temen y que esquivan
temerosos del pasado y del futuro
y entre esto de allí y aquello otro
siempre existirá este amor mío
esta forma de ternura que te escribo
aunque a veces
más de las correctas
me repito
pero el amor es el amor y no el poema
ese algo intangible que supongo
que no logro saber
aunque lo intento

4.
y verás la mano
el cielo húmedo
el sonar de los chopos como lluvia
cuando el viento del norte les abraza
y nos miente el frío del invierno
y verás la llama sobre el leño
mis ojos sobre el fuego de mirarte
mi mano vacía en los bolsillos
tan vacíos como mi mano y como siempre
y así la historia se hace nueva
sin necesidad de convocar identidades
y el tiempo se renueva
y renueva
a cada instante
como obligándonos a vivir sin la memoria
a escribirnos nuestros nombres en la boca
para amarlos al momento de decirlos

5.
no te confundas
no sé volar
solo detenerme en la caída
por el justo breve tiempo de alcanzarme
de ser de nuevo un índice en el suelo
señalando caminos evidentes
y si deseo hablar
entonces hablo
y si deseo contarte de lo bello
sumerjo mi mano en el espejo
para luego mojarte con su agua
(así quizás te veas
como te veo)
o despase los lazos de tu blusa
para recogerme contra tu pecho
muy despacio
mientras mis dedos
ávidos
te acarician
impregnándose de tu aroma
tu perfume
acariciándote para llenarme
de tu vida

(y detente allí
entre las sombras
que tu contorno sea el horizonte
de mis sueños)

y así
en este día
podría también hablarte de mis miedos
aunque desde que estás en mí
no los encuentro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado especialmente el 5

...saber detenerse en ella es muestra de control pero dejar que todo fluya sin más te mostraría otros caminos....

Te sigo :)

Un abrazo