viernes, 4 de mayo de 2007

Prosa vertical




1.
Todo depende del ojo parcial que observa
(y de dos o tres razones más que no recuerdo)
como cuando pequeño y en la siesta del verano
estábamos con Laura en la piscina
jugando inocentes juegos
que para otro serían obscenos.
Recuerdo también el sofá de cuero
la cara de su padre
muerto después por un meteorito lúcido
llamado infarto.
Y a su madre
(olía siempre a lavanda
y piel fresca).
Jamás pude definir
si amaba a Laura o a su entorno
(me enamoraba yo de tantas cosas).


2.
Los nombres no se corresponden con los principios
hoy hablo de Laura
por ejemplo
pero esta Laura puede ser también Isabel o Josefina
no importan tanto los nombres
importan los rostros
como cuando te acercás a alguien pensando
tiene cara de llamarse Antonio
y luego resulta que se llama Pedro o José
y que pocas veces se llama Antonio.
Lo importante tampoco es la persona
sino nuestro juicio
como cuando pensás que ese tipo es un mal tipo
y resulta luego que es genial y divertido
aunque jamás le concedamos la confianza.
Como ves
el mundo pasa por vos y no por otros.


3.
Uno ensaya
prueba
se aventura
se arriesga a pasos grandes o pequeños
no desea limpiarse la boca
con los bordes blancos de servilletitas de papel con propaganda
durante una vida de monólogos.
De esa forma llegué a su cuerpo
y decidí establecerme
edificar mis ansias y albedríos
sobre su piel tan delicada e indefensa.
con el sabor de las palomas de maíz
cuando brotan del microondas a la siega.
Luego se quemó en un fuego raro
que inició donde las líneas convergían
con una sexualidad tan transparente.
Vi como ardía desde lejos
supuestamente
yo la amaba
pero cambia tanto el calor la esencia de las cosas...


4.
Me pregunto por mis vidas simultáneas.
Se es tanta gente en tantos ojos
que por la noche
la multitud durante el sueño me despierta.


5.
No he tenido tanta suerte
(sí
por supuesto
los senos blancos resplandecían ofrecidos
en la curva suave del escote
pero en los ojos un sí y en la boca un no me confundieron)
podría haber extendido la mano
y jugar al azar con los pezones
pero no tengo el oficio suficiente
como para alejar mis mejillas de los dedos.
Tampoco tenía la necesidad urgente
ni consideraba indispensable
jugar a ser el deseo de otras ansias.
Esas cosas suelen limitarme
encarcelarme en lo que pienso
no dejando que asuma ajenas convicciones
o que vea lo que veo de otro modo.
En algún momento
(no se cuando)
me alcanzaron los estándares
me promediaron
y me transformaron en lo que soy
un punto medio
alejado del extremo de las cosas.
Acerca de ese hecho
el aspecto intrascendente de mis días
debería hablar y no lo hago
quizás para no sumergirme bajo los bordes de la mesa
junto a las migas de pan y los pies descalzos.
Pero nadie sabe si dios existe
solo lo afirman o lo niegan
con distintos grados de vehemencia.


6.
Alcé los brazos
y seguí caminando con mis manos muy altas
no por alegría
sino porque descubrí que jamás te había conocido.
Un saludo detenido
evita explicaciones y malos momentos.
Es mejor que piensen que estas loco.


7.
Que veas no significa que comprendas
porque si así fuese
la inteligencia estaría señalada
por el grosor de los cristales en los lentes.
¿Cuántos olvidan esto?
Descansan el juicio en tantas cosas
que sumadas
siempre resultan ser ninguno.


8.
¿Cómo imaginas al infierno?
Suelo pensarlo como un lugar
poblado de almas que hablan y hablan
sin entenderse.
Se desnudan
se aporrean
se abrazan en un intento de acercarse
pero jamás tan lejos en lo cerca.
Se rozan y transgreden
hasta que al fin
enfurecidas
se desgarran.
Como un silencio poblado de alaridos
así imagino al infierno y sus demonios.


9.
Y hay gente que sucede
que simplemente es y simplemente se otorga
con un trazo de gracia en cada acto
quizás sin siquiera comprender la vitalidad que significan.
Vivir entre ellas sería el paraíso.
Es la bondad
y no la maldad
lo que nos hace tan distintos
porque
después de todo
a la jauría no le importa el menos uno.


10.
Sumo cada hexágono colocándolo en su sitio
para que la imagen comience y me descifre.
Tal vez
las noches no sean simplemente parecidas
ni el vino realmente nos olvide.
Tal vez
toda la gente por la mañana
no sean solo horarios
obligaciones
indiferencia.
Portamos lo distinto
aunque no siempre sepamos como usarlo.

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