miércoles, 9 de mayo de 2007

Sintaxis del olvido


1.
en cierta ocasión supe que mirarte a los ojos...

nada sabe ser como lo dices
nadie puede aprender
a dejar que el hielo simplemente navegue
sobre un bloody mary
sin desear tocarlo

y si desnuda
en el jirón que aún queda de la ventana
tus senos se elevan extendiéndose
y si hambrienta te levantas y la heladera
con su luz te enmarca de dorados

dime

¿dónde el extremo del deseo?
¿dónde mi corazón entre las piernas?

arco de disímiles acuerdos
como si el mundo se redujera a una pelota
y lo pateáramos para un gol de arco a arco


2.
así la tersura de la luna que no es tanta
(puedes observar en ella
las huellas de antiguas bofetadas)
sobre la cabecera de la cama con la biblia
y el temor
irreverente
a los dioses de la ausencia
del abandono
a la ducha corriéndose en el baño
de la puerta cerrándose
mientras el último whisky en la mesilla
habla por vos en el silencio


3.
no es dolor
sé que fuiste en mí mientras pudiste
mientras mi cuerpo y tu cuerpo aún soñaban enmendarse
amoldarse a los resquicios
para que el descalabro del sopor no asfixiase la vidriera

¿y dónde el horizonte? preguntaste
¿acaso si para vos ese cielo y esa tierra
no alcanzan a tocarse no se tocan?
repetías

abrir la mano fue un gesto ínfimo
una manera de derramar algo más que arena y desconsuelo
y vos
en las alas de alguna gárgola dijiste – bueno
el día es azul
me dejas sola...

por el contrario
siempre mirábamos idiomas distintos
siempre fuimos solos
si acaso fuimos


4.
la larga cúpula malherida
añorada de estructura
se estremece en los reflejos de lo hondo

un ángel colgado para el recuerdo
pendiendo de sus piernas
de sus brazos
diciendo -¡vuelo!-
cuando ni siquiera sabe liberarse

un niño con un gato en brazos
y una mirada de esas que iluminan

un añil entremezclado
un olor a cotidiano en las páginas de la guía
y el teléfono enmarcado
con huellas de cobalto y despedida

sé que lograste comprenderme solo el día
en el cual ya no importaba que entendieras


5.
desgarra el alba
siempre ha sido la tela que más te abriga
mientras desnuda
en la cama
surcas pupilas con esmero

el tiempo del azul y la ventana
la luz del sol
las avenidas
algo te recordará que aún existo

a mí todo me recuerda que estoy vivo
una espalda desnuda
un seno como gotas en los labios
un estómago donde cunden mis océanos
mis peces
mis gatos
mis pájaros
como una incompatible trilogía que se ama

disculpame si jamás nos conocimos
disculpame si jamás te dije mía
pero es el amor quien nos decide
y no el recuerdo

¿ves? un seno dibujado y una estrella
una llave al paraíso
no hay infierno
mis ojos destilan otro idioma
que tampoco comprenderías o eso espero
porque el ánimo del tiempo que se acerca
me ha hecho necesarias estas alas
que sujetas a mi espalda me remiten
a un viento que abraza sin castigo
a un laberinto de confines oceánicos
a un coro de bóvedas livianas
donde el aire se descansa al sostenerme

es la paz
y está conmigo
es el afecto cotidiano y la ternura
el entenderse aún estando ciegos
el saberse
sin haber leído ni el prefacio

desde esta luz de hoy cuando te miro
te sigues viendo tan hermosa como siempre

sin embargo
también me parecen hermosas las estatuas

1 comentario:

Anónimo dijo...

"... sé que lograste comprenderme sólo el día/ en el cual ya no importaba que entendieras": pefecta sintaxis del desencuentro, del destiempo, y de cómo empieza a gestarse el olvido.