jueves, 1 de julio de 2010

fuego húmedo

Imagen: Plahottya


1.
recordaremos voces distraídas en el olvido
cayendo como redondas perlas encendidas
sobre la quieta superficie de un lago muerto

las manos sobre el cristal, los ojos lejos

cierta tibia compasión por uno mismo
lavando los rincones de la culpa
como para hacernos creer que somos buenos

y las palabras anegando el fuego
como un tibio responso que no encuentra
alma, cuerpo, inteligencia
que pueda decir “ahí es el cielo”

2.
recordaré, tal vez, algunas cosas
recordaré, quizás, unas parábolas
antes de que la húmeda boca me deslice
hacia la garganta donde otros han caído

3.
uno cree en la ternura, en la paciencia
pero no es ni tierno ni paciente

uno a veces se acerca tanto a los sopapos
a los gritos que golpean bien adentro

uno piensa, entonces, si sus ojos
reflejan lo que nunca ha existido
aquello que no podremos encontrarnos
donde siempre hemos pensado
que existía


entonces pierde la vista tras el vidrio
restaña la sangre suave de los labios
y camina

camina
sin importar la distancia o el destino
camina porque al caminar
las palabras distraídas vuelven a perderse
como las perlas encendidas en el lago

4.
no sé si la felicidad es un posible
solo sé que la siento tantas veces
no sé si los colores pueden transformarme
en dos o tres hombres que se encuentran
y se abrazan
llamándose hermanos y queriéndose
yéndose luego a por esas putas
tan felices
que se soñaban en la infancia junto al agua

dos o tres hombres
tiempos
de guitarra
canciones caídas junto al fuego
que no alcanza a quemarlas
pero sí a morderlas
como un perro nostálgico y aterido
que gime y gime en una jaula

5.
reconozco en mí ciertas aristas
que no he logrado redondear ni con mis lágrimas
reconozco ciertas cosas evitables
que no puedo evitar por mi inconsciencia

no sé si dios reemplaza los ángeles
cuando estos van muriendo en mis acciones
no sé si es posible renacerse
de la muerte de la muerte
o si morir dos veces
es resucitar sin darnos cuenta a otra vida
otros ángeles
otros dioses tal vez más afectuosos

lo que sé es que a veces todo duele
o todo calma
lo que sé es que a veces todo es risa
o todo llanto
culpa tal vez de nuestros pasos
que van enredando este camino
antes tan recto y despejado

tal vez por ser un laberinto sin espejos
donde podamos mirarnos para vernos
y recordar
que somos otro
o este mismo
de otra forma
en otro tiempo
con otros pájaros incendiados
llevando la calidez de una sonrisa hacia ese cielo
que parece predecir una tormenta
que podríamos detener
si lo quisiéramos

pero en el lago muerto las perlas
comienzan un incendio que todo anega
y las manos no alcanzan a fundir el hielo
que poco a poco va llenando la ternura

y me digo que nadie sabe quien soy
que solo yo puedo saberlo
y que algo significan esas perlas
ardiendo y hundiéndose en lo más hondo
para desde allí repartir su recuerdo distraído
en otras bocas, a todas luces, insuficientes
para tragar lo poco de mí que va quedando

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