viernes, 20 de abril de 2007

reflejos


1.
¿qué ves cuando miras el espejo?
diosa recurrente
deliciosa curva
que se deposita sobre el ansia de mi mano
no creo
por dios
que te reflejes
no creo en la duplicidad de la belleza
de tu belleza
de tu peso cayendo hacia mi boca
de mi nombre humedecido por tu boca
del sagrado color de tu sonrisa
sobre la cual
impenitente
me reclino


2.
solo a otros
otros ojos como soles que te observan
danzar curiosa sobre lunas de almanaque
sobre días rojos
y días negros
sobre luces de neón
y sobre el tráfico
para detenerte
dulcemente
en el margen de mi agenda
en mi teléfono
en mis cosas por hacer
en mi deseo
¡ah! en ese laberinto extraño
donde conocí el goce más sensual de tus arterias
donde sedujiste
roce a roce
cada una de mis formas de mirarte
hasta hacer innecesario preguntar si es que te amo
si es que lo creo
o si lo miento
y tu boca
la humedad de tus orillas
esa rosa que crece tan desnuda
y tan potente
esa rosa que desgrana universos
espirales ascendentes
persistencias
allí
donde ella crece
en los jardines que alguna vez creí olvidados


3.
diecinueve de abril del dos mil siete
César ha muerto
Roma ha caído junto a Cartago
Venus permanece
en vos
aún permanece


4.
el whisky y el tabaco y su tristeza
esa vieja manía de sentirme melancólico
una pelusita
un muñequito de algodón
una blusa abierta
apenas
despejando
un pájaro posándose en los dedos
adivinando el suspiro en la garganta
un desnudo
un atril vacío
la paciencia
cosas que me incluyen
a veces ignorándome
a veces posándose sobre mi cabeza
dándome ojos
llevándome en andas a tu espejo
para mirarte desde ese mundo otro
donde solo estableciste tu deseo
y no tu presencia
porque tu belleza
no puede ser duplicada en el reflejo
porque solo sos exacta en este lado
en este punto en el cual respiras
tiemblas
esperando la arena del abrazo
esperando generar eternidades
con una simple caricia de tu boca


5.
pensaba que nos encontraríamos casualmente
una sonrisa
una larga caminata de la mano
un buenas noches hasta luego amiga mía
pero jamás aceptaste el fingimiento
y yo no pude fingirme como otro
¿acaso no existen las alfombras?
¿los tapices? ¿las veredas?
¿los troncos de los árboles y las hojas?
¿acaso no existen tantos y tantos lugares
donde hacer las cosas
a propósito del amor y de nosotros?
no podíamos esperarnos
una vez establecidos
presentados
una vez pronunciados nuestros nombres
en un entrelazar de bocas y de cuerpos
no podíamos esperarnos
y no esperamos

¿que ves cuando miras el espejo?
yo tus ojos

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