martes, 24 de abril de 2007

Citadino











1.
sin embargo quizás sea mi ciudad y yo esté en ella
tiritando
sin darme cuenta


2.
algunos miedos encuentran fuerzas en la luz
(se extienden
los miedos y los lobos
sobre cada pared rocosa
esperando las espaldas imprevistas)
y levanto mis ojos tratando de evitar el resplandor
el agobiante resplandor
el mudo hosco del resplandor
el silencio que reptando el resplandor agradece a mi retina
y si lo logro
suelo sentarme sobre alguna olvidada memoria
a pensar las cosas que aun me restan
me faltan
como cicatrices de tumbas en el verde


3.
porque no existen ciertas cosas que me invento
no existe la palabra que expresa lo hondo de lo umbrío
no existe la palabra que encuentra a la oscuridad como descanso
ni al deseo como goce
y así
lento y prolongado en prolongada espera
desde mis dedos pequeñas cascadas te pronuncian


4.
y no importa
y no duele el extravío
ni iluminan las espadas sobre la mesa
el silencio que han cortado y aún desmiembran
y no importa ni duele porque allí estás
amándome
esperándome
y siéndome
de la precisa exacta forma en que me habitas


5.
solo por eso sé que este día es mi día
porque estás
porque me vives
me respiras
y me extiendes sobre la calle para amarme
en esta ciudad
que no es mi ciudad
pero no te prohíbe
pero no me prohíbe
no nos ausenta...

déjame arrinconar la penumbra en el olvido
porque vos
amor
iluminasy tu luz no pertenece a ningún miedo.

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