miércoles, 25 de abril de 2007

Yo



Yo, el que soy, en la luz sin sombra o en la sombra de la sombra porque ambos costados me pertenecen, puedo asentir y decir que me atrevo y deberás comprenderme. Supón que siguiese todos tus exactos hasta que al final consiguiera ser aquel que te celebre ¿no perdería acaso a todo ese millón que hoy celebro? Aunque sean unos pocos miles no hemos nacido, ni vos ni yo, para dejar atrás o desperdiciar en el aire una libertad imposible. Vos te has decidido guía y pretendes que todos asumamos la ruta que trazas, como si cada arabesco fuese una línea recta donde así la supones.

Discúlpame si observo que no es cierto.

Prefiero contraindicarme en tus gestiones, prefiero la contracarga a andar soportando en mi espalda el peso de tu espalda. Cada cual con su quimera amigo mío. ¿Tienes miedo acaso y por eso deseas eliminar al señor de todos los rincones? ¿Deseas abrir cada puerta con un párrafo preciso, esplendoroso?.

Hay quien, umbrío, no sabe de eso, hay quien, luminoso, no desea hacerlo.

Y tampoco me agradan los finales...

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