jueves, 18 de marzo de 2010

media vida



hace mucho
días tal vez
el sol comenzaba a destruir un nuevo cielo
cada lágrima
entonces
era una suma inacabable
una historia construida sobre otras historias
todas
ciertamente
tan extrañas
sin embargo
el hielo era una constante
una especie de motivo controlado
aferrándose a todas las rendijas
con sus frágiles garras afiladas

en ese entorno
mi corazón reposaba por instantes
fugaces instantes de paz infinita
una mano
quizás tu mano
descansaba sobre mi pecho fina y laxa
cansada de tanta pureza inmaculada
de tanto esperma virginal entre sus dedos
una boca
quizás tu boca
aleteaba tibia su silencio aquí en mi cuello
recordándome
casi sin querer
el primer espacio de la noche
cuando boca/mano/alma
fulguraban

como supiste después
ese primer letargo no era hijo ni del hielo
ni de cada historia trepada en esta historia
sino de mi propia y especial forma
de no entregarme
esa media ternura que en principio te gustaba
y que luego dejaste
tal vez
por no entenderla

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