lunes, 30 de agosto de 2010

las cuatro y cincuenta de la tarde

Imagen: Magelan

1

las cuatro y cincuenta de la tarde

cae el candor del agua sobre el agua misma

cae el calor del día

sobre chopos, perales y dientes

este calor es como la dentellada

de esos perros voraces que devoran el alma

mata todo lo que suponemos abrazo

ganas de vivir

o movimiento

2.

sin embargo la tarde se prolonga

sobre las tejas negras de tres chalecitos blancos

sobre la herida tímida que alguien llamó río

sobre el pasto agonizante y el que ya ha muerto

3.

abro una cerveza y bebo un trago

un trago tan amargo como el de estar tan solo

vos

sos mi mente, mi memoria, en este momento

desearía poder brotar en tu vientre como un niño

pero he de conformarme con recordarte

mientras mi piel desprende pequeñas llamas y grandes gritos

4.

te amo

lo has escuchado tantas veces pero de nuevo lo digo

te amo

el calor de la tarde, el viento ausente, todo te dirá

que te amo

hoy te has ido con la promesa del regreso

cinco días sin sol y sin cielo en la soledad de nuestro cuarto

si alguien desea saber como es la muerte

solo ha de preguntármelo

5.

caigo sobre el silencio como una bocanada de plumas

los colores se marginan a los rincones más oscuros

te extraño

cuando vos sos la luz, sin vos no hay luz

ni colores

ni alegría

necesitás ser, en mí, eterna

necesitás ser, para mi tiempo, infinita

sin vos no hay luz, no hay pan, ni alegría

estoy hambriento

desesperadamente hambriento

y este hambre

mi amor

solo vos podés calmarla


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