martes, 20 de abril de 2010

de cierta paz y cierta guerra


1.
y es ahora la hora y la avenida
la triste vacuidad de los comercios
las rotas hojas de los árboles
el calendario hastiado de las fechas
de los viernes/los feriados/de los días

y es ahora el pecho carcomido
el tenue sabor de la añoranza
el calor que se desprende de su sitio
para vagar por los rincones de la plaza

y es ahora el azogue de los cielos
donde los ángeles se lanzan a la muerte
con infantiles ganas de ser hombres

y es ahora el retruécano y el fraude
la hora de cenar/también el hambre

y entonces te acercás y puedo verte

2.
no sé si sabés pero las horas
sin vos son como clavos que se oxidan
clavados en mi pecho/en mis ojos/en mis manos
clavos hundiéndose en lo hondo de mi boca
sangrándome una angustia irrefrenable
una increíble y metódica tristeza
que me obliga a escribirte
mientras te pienso y te deseo

no sé si sabés pero si me faltás solo un instante
veo a todo como extraño/impalpable/tan ajeno
y si bien el amor no es un "te necesito"
necesito/a veces/que lo digas
para pensarme como una cosa solo tuya
para cosificar mi naturaleza y ser tu objeto

vos te reirás/seguramente/al leer esto
te sonreirás con esa tuya ternura tan lujuria
y descenderás lascivamente hasta salvarme
para quitarme del reloj de las ausencias
y yo te recibiré con alegría
con manos de agua tibia y boca fresca

3.
me gusta tu libertad/saberte libre
porque entonces la lógica me dice
si estoy contigo es porque lo deseas
no para ser tu bastón o tu muleta

en nuestro amor no hay propiedades
no hay notarios
reglamentos
estrictas normas
hay complicidad/felicidad/hay compartirse
para que también aquellos que no somos
puedan participar de la alegría

hemos comprendido en nuestro mismo nacimiento
que aquellos que se apartan y rodean
de alambres de espino y de trincheras
no pueden comprender lo que al amor le es necesario
para que florezca la paz y no la guerra

4.
pero aún así mi tristeza se va cuando regresas
cuando cae sobre mis ojos tu belleza impredecible
cuando tu boca en "o" detona mis sentidos
hasta lograr perderme en la caída

y caigo hacia los rincones más precisos
del ansia/del deseo/la lascivia
hasta que mi apacible estructura se derrumba
en un maremágnum de caricias desbocadas
y me gusta hacerte el amor cuando despierto
y me gusta hacerte el amor cuando al dormirme
y me gusta hacerte el amor a media tarde
hasta que el perfume de tu piel se compenetra
se transforma en mis manos y en mi boca
porque entonces tu sabor es todo el día
mis ganas de reir y mi belleza

5.
ríe/ríe/ríe
echa tu cabeza hacia atrás/lanza tu risa
deja que mi boca bese en ese instante
tu garganta /tus labios/tu alegría

dejame recorrer tu cuello con mis dedos
dejame sumergir entre tus piernas
deja que te explore/que te hurgue
que te atosigue de ínfimas caricias
hasta el paroxismo de la muerte más efímera

dejame decirte que te amo
cuando mi espalda se dobla y se estremece
cuando mis pupilas se dilatan y te absorben
cuando mi boca busca a tu boca y se la bebe
cuando me doy con mi boca hasta saciarte
por un instante tan breve y tan eterno

y así corrije el día tu llegada
y así el amor no es un amor de solitarios
sino un amor de paz y no de guerra

y así jamás nos rodearemos de trincheras
ni de perimetrales alambradas con espinas

dejame decirte que te amo
dime a tu vez que me deseas
y luego tendámonos desnudos en el campo
para sentir como el sol nos acaricia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejame contarte mi felicidad en leerte tan fresco e natural como la sed de un cuco :)

Anónimo dijo...

:) tu poema está lleno de frescura y de amor; se siente paz en el deseo, en la palabra y sobre todo en el acto.
Me agrada tu felicidad, en verdad me agrada que te sientas así.
Cuidate poeta...

Carmen