domingo, 24 de junio de 2007

memoria inicial de todo olvido

Imagen: Kassandra





1.
como despertar de un verde oscuro sueño
un sueño de agua
agitada
violenta
un sueño sin celebraciones
un sueño donde el último río no encuentra el mar
perdiéndose en la arena inexorable
como un tajo de lágrimas en la mejilla de un ciego
y te diré
que el dolor de despertar es también tan imposible
tan ahogado
como el sueño

no me queda la protección de la palabra
amigo hermano
tan imposibles y dolorosas como el río
y el despertar
y como el sueño


2.
extendidos los sauces como paraguas abiertos
rebosantes de pequeñas hojas como lágrimas
despojados de riberas
de orillas
despojados de raíces y destino
y nada es tanto dolor como un árbol sin raíces
como un árbol desprovisto de destino
de pájaros
de silencios
y si nada es tanto dolor como solo uno
imagina mil desperdigados con las ramas extendidas
clamando un poco de esa piedad o compasión que se le niega
un poco de ese “te entendemos”
por donde empiezan todas las ceremonias del consuelo
al menos desde que yo tengo memoria
yo
el que cuenta esto
que como el árbol y los mil árboles como paraguas abiertos
abrí mi mano solo para obtener una herida
una llaga honda roja y supurante

¿de dónde si no de ella
puede nacer este poema?


3.
comprendo el viento
entiendo que no siempre es brisa y que quizás derribe
cada una de las esperanzas desde el principio
comprendo el viento pero exijo su disculpa
para que no crea que está bien hacernos daño
pero el viento no habla el idioma de las mieses
no comprende
que hace daño
sin embargo me es imposible odiar al viento
le veo como a un niño al que le dieron
un poder demasiado amplio cuando aún era pequeño

supongo que deberé inclinar mi frente
si deseo seguir andando hacia adelante
pero inclinarse no es rendirse
es persistir
persistir
como la raíz del árbol que aún después del tronco roto
sigue brotando como si nada sucediese
solo una cicatriz de savia
alguna astilla
testimonian su agonía en el paisaje

y tal vez
un poema
como astilla
como savia endurecida bajo el aire


4.
no pretendo que me entiendas
este es un diálogo con mi entorno
las cosas que suceden
los dolores reumáticos de la vida
vos sabés que siempre algo pasa
algo marca el comienzo y el final de las sonrisas
de la misma y precisa forma en que el dolor
tiene una sonrisa en cada extremo
solo que cuando uno no ve entre las manos que se extienden
esa mano que buscaba y que sabía
se siente
no defraudado
pero sí indefenso
y se sienta unos momentos a rehacerse
a limpiar sus gafas con un paño
a pensar si habrá un más adelante

hay quien
ambos lo sabemos
da valor a las cosas que suceden
y hay quien solo imita
quien solo sabe reproducir lo que otros hacen
hay quien cree y quien descree
quien genera y quien devora
y entre uno y otro se disponen esos ojos
esos oídos
que suponemos escuchan y valoran aunque a veces
no lo hacen
y solo están allí para llenar vacíos y penumbras

¿cómo saber entonces
si los ojos y los oídos pueden vernos?

no hay manera
solo y quizás hacer tajos en el aire
para ver si se cierran o sorprenden


5.
y así se llega al final de cada cosa
esperando
siempre
un nuevo inicio
(y quizás podríamos definir de esta manera
alguna de las diez mil formas que adopta la esperanza)
hoy
que siento como si desprendieran hojas de mis ramas
para escribir poemas que no se refieren al otoño
para escribir poemas acerca de la indiferencia
escritos con la mano y la razón indiferente
podría decir que puse un mojón llamado olvido
más no mi olvido
(jamás he olvidado y no pretenderé ahora poder hacerlo)
sino el olvido de mí y mis razones
y mis palabras
y mis locas pretensiones de saber lo que es el mundo
de saber que cosas
entre los millones de cosas que subsisten
son las que me lastiman de manera irreversible

¿ves?
así llegamos al final de un historia
y quiere mi esperanza ver nacer una diferente
donde las manos sepan quien es el habitante de su palma
donde el abrazo sepa porqué y cuando ha de cerrar el círculo
para dar abrigo
y su fuerza
a quien la pide

indudablemente
vos que me estás leyendo ya te habrás dado cuenta
algo está dañándome desde el hondo más profundo
allí donde viven los principios que aunque tontos
inician nuestra manera de entendernos
yo soy así
una especie de silencio y de nostalgia
un aleteo demasiado pequeño como para ser advertido
en la confusión de águilas y halcones
yo soy así
una gota de agua entre tantas otras gotas
que al fin y al cabo jamás podría ser distinta
o al menos más distinta de las que ya son diferentes

y se abren los brazos de los sauces
como paraguas abiertos
pero ninguna orilla alcanza a ver como ellos tiemblan
dejando que el viento les robe
una a una
cada hoja
como lágrimas verdes sin el río

y así
el sueño de verde oscura agua y la risa de los ciegos
solo se vuelven muecas sin alegría ni propósito

como las hojas y el sauce
como el viento
como un tajo de savia endurecida
sobre la inaugural memoria del olvido





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