martes, 19 de junio de 2007

permutación perpetua hacia lo que es casi un evidente



1.
una vez quise conquistar
aunque no para siempre
uno solo de esos supuestos que de tan inaccesibles
siguen y siguen alejándose
pero alguien había inventado los espejos
y alguien también había inventado las tijeras
y al verme en el reflejo me pregunté si yo era ese
si yo era ese tan común y tan pequeño
tan con dos ojos que apenas si recuerdan lo que miran
tan con una piel que si apenas destaca los tactos evidentes
y me pregunté quien era
yo
para querer conquistar aunque quizás nomás por un instante
algunos de esos supuestos que se alejan

supongo que quedarse quieto y dejar escapar nuestros deseos
es la forma más amable de llegar a ser ninguno

y entonces me di cuenta que sabía
y que ya y sin querer yo era el otro


2.
tranquila la mañana se acuesta sobre el tiempo
ni siquiera siento algún deseo
dejo que mi ventana traspire pequeñas cornamentas
que en pocos momentos han agujereado mi sueño y el descanso
y no me queda más que levantarme
lavarme los dientes en la paz del desayuno
y salir a recorrer los espacios de la sala
y la mañana sigue ronroneando calmada y calurosa
mientras líquidos autos recorren la calle que
si me acercase
podría ver bajo mi ventana
y esa calle seguramente tiene un rostro
porque todas las calles son pertenecientes
tienen dueño
alguien ha podido conquistarlas
ya con un llanto
ya con un gemido
ya con un andar haciendo ruido y tan borracho
tan solo de estar jamás con nadie
y como sé que la calle es tan ajena
dejo que la ventana se limite a contemplarme


3.
y así
extremando mis sentidos en el humo de un cigarro
comienzo a repetir una espalda con mis dedos
y el aire apenas si desea no impedirlo
(puedo apreciar eso en su amable resistencia)
y repito unos senos tan dulcísimos
unos brazos como cintas de regalo
unas piernas tan abstractas como el sueño
como el suspiro de una noche calurosa
sobre las fuentes inquietas de los parques
y deseo esa espalda y esos senos
y esos brazos y esas piernas
en esta mañana tan tranquila recostada sobre el tiempo
cuando descubrí sin querer que yo era otro
y asumo
no sin cierto temor
cierto amago al borde de un abismo
que quizás por ser yo otro ya no posea el derecho
a repetir esa espalda y esos senos tan dulcísimos
y esos brazos y esas piernas
y ya no tenga el derecho al humo del cigarro
a suponer cosas a acceder a tanto tiempo
tanto tiempo
esperando por la cola de un cometa
por el cielo de un verano que aunque no exista es tan celeste
y me dejo recostar como el humo de una vela
sobre el contorno habitual de los enseres cotidianos
sin dejar de sentir
en la paz del abandono
que quizás esa espalda esos senos y esos brazos
me esperen porque sí y porque quizás ya soy cualquiera
y cualquiera puede ser tan persistente
como para ahondar en los principios eventuales
de esas historias que aunque conozca no ha escrito
y quizás me pertenezca porque sí y porque ya es otra

pero sin la ventana y el líquido del día
sin determinarme para andar sin miedo y hambre
jamás podré ajustarme a su cadera
de la forma en la que ahora y en este momento estoy soñando


4.
podría dejarte hablar a vos
dije
o podría pedirte que me siguieses escuchando
porque no hay rondas hábiles
donde poder refugiarme como si viviera
si realmente viviera
o desde donde poder confirmar que al fin y al cabo estoy viviendo
no sé si tanto
pero si un acaso estoy viviendo de algún modo
vos me oías
con esa suave atención que a veces colocas
en cosas como la espalda de los peces
para que lleguen a los hondos más ocultos
y también
lo pude ver
me sonreías
y me dije que era yo quien provocaba esa sonrisa
y no sé si era cierto pero a mí
te lo digo
a mí me basta
como me basta despasar los cierres de tu blusa
como me basta ayudar a despojarte de la falda
a dejarla caer en la ribera de mil hojitas de afeitar tan bien dispuestas
que juraría parecen una cama
tan llena de plumas
tan sumisa
y no sé si me dolerás o me resumirás en un suspiro
no se si lograré leer el día de mañana en los horóscopos
pero esas son cosas que no importan
sí tal vez y tu sonrisa
sí tal vez y que me escuches
como ahora puedo ver que estás haciendo
o como pude ver que lo hacías
o como tal vez lo hagas el día que aún no llega
porque no sé
digo
si esto que cuento es verdad o es un sueño
pero al fin y al cabo lo que importa es tu sonrisa
sobre el filo de unas hojas que me recuerdan al otoño


5.
es la ágil belleza de lo que siempre está cambiando
no su persistencia
lo que logra arrancarme de mi éxtasis
lo que consigue llevarme al líquido tráfico en el calor de la mañana
donde casi naufragando entre autos y colores
decido desmarcarme de mis sueños
dejándome acuciar hasta el alerta por el humo de los sonidos marginales
porque no sé si te he contado
que en la mitad del día bajo el sol más insultante
consigo descubrir los susurros de la noche
no todos
pero sí a aquellos que no alcanzaron a escaparse
quedando atrapados en los resquicios más oscuros
y el día es líquido
ocupa todo lo que existe bajo el cielo
llena cada espacio y cada hueco
pero algunos resquicios logran guardar burbujas negras
pedacitos que han quedado de la noche
demorados por el roce de una mano
y los escucho
y la noche repica en mis oídos
entre ayes de dolor
algún ruego de socorro
de rescate
y abro mis bolsillos y los cargo
porque ese es mi dinero y mi sustento
esos pedacitos de noche rescatados en el día
que luego dejo que recorran mis asuntos
mientras como casi siempre te describo
mientras y como casi siempre te poseo
y es extraño
puedo hacerte el amor en el extremo de un bolígrafo
puedo recordar mis manos en tu torso
cada pulso inequívoco del placer en tus entrañas
pero no puedo escaparte hacia mi mismo
no puedo dejar que en mí persistas siempre
y es eso lo que en cierta medida
te digo
me enloquece
me llena las mañanas y los días
esos momentos sin vos me vuelven loco
y trato de recuperarte en los gemidos
en los poquitos de oscuridad que voy juntando
para sentirte tibia y reposada
sobre las mil heridas de mis manos
y quizás me refleje y sea el otro
y quizás vuelva
por momentos
a ser el mismo
pero eso no es lo que me importa
sino que siempre y tal vez
vos me sonrías

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