martes, 26 de junio de 2007

subrepticio



1.
porque era así
tu cabello como un visón experto
la forma de andar entre las dunas
casi confundiéndote
y porque también era mi forma
quizás austera
distante
de mirarte
el segundo antes de atraerte hacia algún juego


2.
me apoyaba desnudo en el quicio de la puerta
deteniéndome en tu vista para poder también mirarte
para poder
también
aprender la entrega del principio
en esa forma tan audaz de estar expuesta
a los brillos ambiciosos de mis ojos

siempre celebré que tus pupilas
se detuvieran en mi pecho y en mis hombros
para caer como tu deseo hacia mi sexo
que te esperaba
porque te espero
y esa forma de darnos hambre me encantaba
y aún la usas
y aún la uso
y me detengo en tus hombros y tu seno
antes de caer como el deseo hacia tu vientre

la ternura
la suavidad más impaciente
el lenguaje estremecido de las piernas

esa forma de brindar por lo que amamos
esa forma de festejar la sencillez de este nosotros


3.
aprendo también a obviar algunas redes
o a esas estridentes fronteras que amenazan
con cerrar en el olvido algunos sueños
porque
verdaderamente no me importa que me entiendan
la razón natural del amor siempre es el uno
así que solo me preocupa comprenderte
que me comprendas
lo demás puede borrarse o no ser nunca
lo demás puede sencillamente pertenecer a otro universo
a mí
lo único que parece importarme
es la forma en que tus ojos me reflejan


4.
luego el tiempo
tu sonrisa tu cabello abanicándose
el viento jugando con las algas
mientras mece al mar y a los silencios
y mi mano
desandando los pasadores del recuerdo
descubriéndote como ahora en el antaño


5.
y baila la luz en todos los rincones de la calle
un tenue brillo desciende
como manitas de ángeles pequeños
o pequeños peces de luz desandando nuestras sombras
desperdigadas en caricias y suspiros y murmullos
mientras la mirada
anticipa el instante de decirnos resplandores
anticipa el hondo arrullo desplegado
en el cenit más profundo de nosotros
aunque parezca contradicción
o paradoja
porque solo en nuestros hondos podemos llegar tan alto
podemos conocer la identidad de cada mito
podemos enredar nuestros dedos en estrellas
para luego regresar lentamente hacia nosotros
hacia el tacto de los labios y del cuerpo
hacia la líquida transparencia de los ojos

después
el tibio abrazo
el atraernos
esa caída divertida a lo consciente
donde un vaso de agua
tal vez
esté esperándonos

(me gusta como atenúas mis demonios
en tus manos hasta ángeles parecen)

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