sábado, 14 de julio de 2007

el ojo del único dios que hemos tenido



1.
es el despacio
el atenuado rumor que hay arriba
desde donde antiguamente
llovieron lanzas ardientes y tanta agua
que pocos pudieron contemplarlo
y un paraguas
flotando con auténtico abandono
por la superficie de un río que no existe
y este calor
y este tirón en el medio de mi espalda
como si las alas que jamás he tenido me naciesen
dolorosamente
preparadas para volar sobre todas las angustias
y allí
ausente del vértigo/del temor/de la locura
descanso en cuclillas sobre el ceño fruncido
de un dios que solo dedica un ojo al cuidarnos
solo para mirarte
como eres
tan divina
y supongo que adivinarás esos zapatos
que olvidé de cualquier modo debajo de tu cama


2.
la tierra es esférica porque el único ojo de dios es una esfera
las formas cuanto más similares más pueden contenerse
por eso estoy esperando parecerme
a vos
en el pecado
que te diré una vez más
no existe
no es más que una forma de malentender lo que se ha dicho
y de ese malentendido han surgido tantas muertes que
viéndote tan viva será mejor que lo olvidemos
y quisiera predicarte tu belleza
pero no logro conseguir la palabra exacta de tu forma
y por esto jamás podré contenerte
y por eso intento estos poemas
(sé que es mejor no oponerse a tu energía
sé que es más bello que me rodee y que me lleve
que me descienda sobre tu estómago
tu boca
tus hondas cavidades femeninas
y no hablo aquí solo de sexo
aunque el sexo siempre ha sido indispensable
un rubicón donde flotar cuando se ama)



3.
sumérgete en el agua
deja que tus sueños naveguen en las pequeñas olas
en la espuma
déjame pensarte así
desnuda
humedecida
déjame imaginar a mi mano rozándote casi inocente
como un niño que mira a su maestra
y siente
que es algo más que quien le enseña unas pocas palabras
un diccionario
un dos más dos replicado y siempre el mismo
yo deseo
deseo

seguir deseándote como ahora
hasta cuando el ahora desvanezca
y deseo ver surgir tu pierna de la espuma
la hojilla de afeitar en tu mano
recorriéndola
en esa rutina de ponerte aún más hermosa
como si eso fuese posible o necesario
porque así suelo pensarte
abstraída
modosa
dibujándote tal y como deseas verte
mientras yo te observo y te deseo
en un dos más dos replicado sin cansancio


4.
¡ah! ¡qué sostenida claridad!
rodeas tu cuerpo con mi vista
mis ojos son esferas nacidas de ese ojo divino
el ojo del único dios que ambos tenemos
y adivino tus dedos
recorriendo tus otros cabellos
mientras tus párpados descansan y surge tu sonrisa
y me piensas
como si yo no estuviese entre tus piernas
como si yo pudiese
por un solo e ínfimo momento
alejarme de la órbita que preciso para
sencillamente
ser tan feliz como lo estoy siendo
tan completo
tan exacto a ese propósito
que nació junto conmigo y que oculté detrás del llanto


5.
y el rincón del espacio que habitás tiene
al menos
dos nombres
presente y anhelo
porque te anhelo aún teniéndote
mi amor mío
porque aún cuando estás abrazándome
me desespero intentando que el abrazo sea más hondo
como si la carne pudiese trascender todo el afecto
toda el ansía de vos que la sostiene
y así las palabras que escribo apenas te acarician
y así mis intentos de contenerte en estos versos
terminan estallándome el idioma
¿y para qué darte un nombre si ya hay uno que es el tuyo?
¿para qué decir perfecto de otra forma
que no sea el nombre que te nombra?
y cantas
desnuda y rodeada del agua y de la espuma de tu baño
y te rodeo
plácido
aunque adviertas la pasión que sostengo entre mis dedos
como brotes de arañitas pequeñas y ambiciosas
y te hago reír con mis historias
y juego a peinarme con tus dedos
para luego despeinarme y yacer juntos
sobre este tiempo que nos seduce y nos transporta
como dos gotas de agua que en el mar se reconocen

y me gustaría saber como resplandecés todos los fuegos
cada vez que te mueves o me miras


(¿ves el cielo?
el ojo de dios está mirando
para saber como nació y permanece)

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