domingo, 26 de agosto de 2007

el gesto de ariadna

Imagen: Lilena


1.
en la siguiente

cada paso era una calle que se abría
(no sé si estás acostumbrada a los misterios
pero siento algunos miedos y pregunto)
y al final de la calle tal vez monstruos
tal vez duendes de otros tiempos
tal vez perros
o solo otras nuevas calles nuevamente

en la siguiente

eran tan blancos tus dedos
señalaban de una forma tan perfecta
no podía menos que seguirte
aún con el temblor del miedo por el aire

en la siguiente

y así y así y así siempre
en la siguiente
y yo siguiéndote desnudo
y no solo por la ausencia de costumbres


2.
vos tenías esos ojos
esos exactos ojos de muñeca
tu emoción no estaba en ellos ciertamente
sino en tu forma de moverte
en tus preguntas
en tu manera de decirme que te ibas
o de avisarme que habías regresado

por mi parte solo paciencia y empatía
(jamás me ha molestado abrir la puerta
para permitir el paso de lo hermoso)
cierta tendencia a repetirme los domingos
aunque también los otros días
pero eso y lo anterior ya lo conoces
dada tu intención de comprenderme
aunque jamás pudiste conseguirlo


3.
el aire es solo un niño
juega con tu pelo y tu sonrisa
desprende los botones de tu blusa
como si deseara beber de tus senos
o dormirse
en la cuna tan luna de tu pecho

me gustaba observarte
cuando la niñez del viento pretendía desnudarte
quizás porque mis ojos gozan aún de su indecencia
o por el amor que siento por lo bello
y vos desnuda
eras la más bella lujuria que recuerdo
sensual por la necesidad y urgencia
de tu propia y natural manera de moverte

recuerdo al viento desnudándote
también tu belleza y mi deseo

si no era amor era tan bello
y adicto a dibujarse en la corteza
con esa forma tan adolescente
que jamás quisimos reemplazarlo

pero solo el árbol crece
sin dejar de ser el mismo


4.
en la siguiente esquina
como si todos los laberintos habitaran
la voz del mediodía/ el ruido de los pasos
esos gestos donde todas las ciudades se parecen
y vos señalando los caminos
y yo haciéndote caso
aunque ninguno sabía donde nacer/yacer o contemplarse
alejado de la huérfana humedad de las calderas
de los corazones tan sencillos como brújulas
siempre marchando hacia el olvido

en la siguiente esquina
donde los niños
juegan a la rayuela sobre el muro


5.
finalizaré con un sueño
donde eras todo y nada y también parte

eso es posible solamente
por tu condición de eterna e infinita

fuera de vos no existe nada
y allí parece que te espero
aunque jamás podremos conseguirlo

sin embargo estás y complaciente
aunque no solo por la ausencia de costumbres
que como sabés
no dicen nada

solo y tal vez que esto es un poema
desde el cual me limito a contemplarte

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