jueves, 2 de agosto de 2007

la experiencia


1.
el mundo aparece cuando abrís los ojos
(¿ves? ¿viste?)
y también las almas
y también la luz que no apagas
solo para que pueda mirarte desnuda
y sé
(es cierto
lo sé)
que cada una de mis virtudes no existen
lo que no evita pensés que me amas
(y esto no debería decirlo porque en verdad me conviene)


2.
y estoy así
encendiendo botellas dentro de vasos
aprendiendo el hielo para no ver las sombras
reconociendo que
después de todo
tenías un nombre y no me lo has dicho


3.
no eludas el tiempo aunque el tiempo te mienta
deja que el sol aprenda tu pecho
dejame acompañarlo en esa jornada
y escucha leve los rasgos más tenues
las cosas que no suelo decir
quizás por decirlas
y entorna tus ojos y también sonríe
para creer que estamos viajando
hacia un lugar cuyo nombre no importa


4.
bebamos
que empiece la fiesta y también el olvido
¿regresarás entonces o serás distinta?
todo es eso
el espejo que cambia
el óvalo perfecto y su cuadratura
las hojitas de afeitar en el piso del baño
marcando a los pies antes que al camino


5.
abriré los ojos para encender al mundo
te veré de nuevo también encendiéndote
y te extrañaré un poco
pero solo un instante
y luego beberé un largo trago
encenderé un cigarrillo
y escribiré que la conjugación no era perfecta
que las planicies tenían vacíos
y que caímos en ellos
como pensando hacer a la nada
cuando era ella la que nos hacía
pequeñas trampas
pero suficientes
y sí
sé que jamás aprendí tu nombre
pero tampoco aprendí tus miedos
y como sabés
no fuimos distintos
así que bebamos al cerrar los ojos
como jugando otra vez a lo mismo

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