domingo, 12 de agosto de 2007

la identidad inexorable del hastío


1.
te definiría oscuramente
tal vez
pero siempre leve
en el sentido irreal de esta historia
donde los caparazones de los nuevos dioses
se rompen con el peso de una lágrima
porque ¿qué es el cielo
sino la máscara del señor del gran vacío?


2.
el ojo de la suerte entre tus dedos
un desfilar de pequeños verosímiles
esperanzas
cuentas de color y pequeños espejos
donde se reflejan la ansiedad y la derrota
(siempre se parecen
al menos en este lado de las cosas)
y desnudo y de pie abandono mi apuesta
dejándola caer sobre las fichas de colores


3.
¿jamás has notado que el entorno
suele girar hacia lo hostil sin darse cuenta?
como si la consigna fuese juntar opuestos
ejercitar la actitud del desafío
en el baile los colores las miradas
la insolencia sexual de algún abrazo
señalando territorios
señoríos
donde solo una mano
esa mano
puede palpar indolente y audaz la piel desnuda


4.
es la acción
la actitud del liberto
que besa los pies de quien fue su amo
para luego odiarlo quizás eternamente
solo y porque le recuerda lo que ha sido


5.
la piel desnuda
el sabor a sal
la sensación de oscuridad en pleno día
los distintos grados de perversidad que tiene el alma
jamás aprendemos
solo fingimos aunque sigamos ignorantes
puros de lascivia en el abrazo y en la esencia
como derribados sobre el filo del momento
donde luego sucederán
todas la formas de olvido y desamparo
(estamos locos
tal vez
tenemos miedo
necesitamos de otra soledad junto a nosotros
para no renacer yermos cada día)
y así en la vendimia retrasada
o cuando el grano se consume
en el más agresivo de los fuegos
¿qué ojos pueden ver
más allá de aquello que es posible?
¿cómo definir sin saber lo que está oculto?
¿cómo no equivocar las palabras
confundirse
detallando una falacia con acierto?
no sabemos la llama que nos arde
en el rostro
el estómago
en la mano
no sabemos la fuerza que mueve nuestras piernas
ni porque nuestros sexos se involucran
en la desolación y la angustia de no estar solos
y por eso la lágrima y vos conmigo
y la espalda rota de los dioses
y el señor del gran vacío y sus disfraces
y el ojo de la suerte entre tus dedos
como el odio del liberto y su infinito
condenados a fingir hasta el aplauso

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